La aplicación de medidas de bioseguridad en la crÃa del cerdo ibérico es esencial para preservar la salud animal, la calidad del producto y la sostenibilidad del sector. Estas prácticas minimizan riesgos sanitarios y refuerzan la confianza del consumidor.
Prevención desde la granja
Las explotaciones modernas aplican protocolos estrictos para controlar el acceso de personas y vehÃculos, desinfectar instalaciones y evitar el contacto con animales salvajes. Todo ello reduce la posibilidad de contagios y brotes de enfermedades.
Control sanitario y bienestar animal
La bioseguridad incluye revisiones veterinarias periódicas, vacunaciones programadas y seguimiento del estado de salud de cada cerdo ibérico. El cumplimiento de estas medidas mejora el bienestar animal y garantiza una producción más segura.
Trazabilidad y transparencia
El refuerzo de la bioseguridad facilita el registro detallado de cada fase del proceso, desde la dehesa hasta el producto final. AsÃ, se mejora la trazabilidad y se asegura que el jamón ibérico y los embutidos procedan de animales sanos, criados bajo estándares rigurosos.
Un compromiso con el futuro
Las medidas de bioseguridad no solo protegen la salud del cerdo ibérico, sino que también son clave para la viabilidad del sector. Reducen pérdidas, mejoran la eficiencia y contribuyen a una imagen más responsable de la industria.